El dulce de membrillo es un postre con historia y tradición internacional, pero para variedad y sazón, nada como transformarlo en el Ate mexicano, ¿Por qué? Aquí te lo vamos a contar, pero primero lo primero.
Un poco de historia sobre el Dulce de Membrillo.
Como su nombre lo dice, es un dulce realizado a partir del fruto de membrillo, mejor conocido como “Fruta de Oro”; su aroma es fresco y penetrante por lo que en la antigüedad era usado para perfumar armarios y realizar una variedad de licores.
En cuanto a sus inicios a nivel internacional se tienen registros de su cultivo en Babilonia, Roma y Grecia, lugar en donde se consideraba un fruto sagrado y afrodisiaco, pues simbolizaba el amor y la fertilidad.
El dulce de membrillo llegó al actual México en la época del Virreinato de la Nueva España a través de los conquistadores, que a su vez les fue presentado por los árabes. Es en nuestro país en donde su receta se adaptó a las excentricidades propias de la cocina nacional hasta transformarse en lo que hoy se conoce como Ate.
¿Por qué Ate?
En México, además del membrillo se utiliza la guayaba, manzana, calabaza, mango, zapote, piña, pera, almendras y tejocote para su creación, lo que facilita su producción a lo largo y ancho del país.
Es precisamente por su extensa variedad, que por tradición se les denomina agregando la terminación -ate al nombre de la fruta con la que está realizado, tomando los ejemplos ya mencionados anteriormente serían: guayabate, manzanate, mangate, piñonate, peronate, almendrate, zapotate, etc.
A pesar de elaborarse en diversas zonas de México, es en Michoacán en donde se tiene denominación de origen. El Instituto Mexicano de la Propiedad certificó la denominación “Ate de Morelia” como una marca colectiva para el estado.
¿Cómo se prepara?
La también conocida “carne” de membrillo es el resultado de la cocción del fruto, previamente pelado y troceado, mezclado con la misma cantidad de azúcar, la cual activa su pectina y le da su tan especial consistencia.
En cuanto al Ate se refiere, o “cajeta” como es llamado en los estados de Durango, Sonora y Chihuahua, suelen intercambiar o acompañar al azúcar con piloncillo y elaborarlo en cazos de cobre, cazuelas de barro u ollas gruesas para darle el toque especial.
Aunque no es un alimento 100% saludable debido a la cantidad de azúcar que posee su receta, es ideal para los que necesitan energía para el desarrollo de su vida cotidiana, para quienes desean un postre o para quienes gozan de combinar sabores.
¿Se te antojó?
Editores Japifeis
30 de julio, 2020.