Mucho se ha hablado últimamente de dos increíbles y poco conocidas piezas de arte ubicadas en la segunda sección del Bosque de Chapultepec. Se trata de la Fuente de Tláloc y el mural “El agua, el origen de la vida”, ambas, obras del reconocido artista mexicano Diego Rivera.
“El agua, el origen de la vida”
Fue en los años 50’s cuando el orgullo de la ingeniería civil mexicana, el sistema Lerma-Cutzamala, cumplía con éxito su misión de transportar las aguas del río Lerma hacía la Ciudad de México, y el Cárcamo de Dolores alzaba con orgullo sus muros y exteriores.
Dicho edificio fue concebido por los artistas Diego Rivera, Ricardo Rivas y el ingeniero Eduardo Molina como una forma de integrar el arte a un proyecto que costaría 10 años de ejecución y varios millones de pesos.
El mural se puede apreciar dentro del túnel que conduce a un tanque ubicado en el centro del edificio; sus cuatro paredes y su suelo están pintados con la historia del elemento dador de vida. ¿Cómo surgió la idea?
Según fuentes, fue en 1927 cuando Diego Rivera viajó a Moscú, como parte de la delegación del Partido Comunista Mexicano, y se vio involucrado con un colectivo de artistas interesados en el conocimiento científico. Fue ahí donde conoció la teoría de la vida del bioquímico Alexandr Oparin, la cual intentaba responder a la pregunta ¿Cómo surgió la vida?, después de haber sido rechazada la teoría de la generación espontánea.
Rivera se basó en dicho conocimiento para diseñar lo que sería el primer mural subacuático del mundo y su creación significó grandes retos, entre ellos el uso de la perspectiva curvilínea, la cual permite observar su mural desde cualquier punto sin deformarse y el uso de materiales resistentes al agua, lo último ejecutado con poco éxito dado que el mural ya fue restaurado por el Instituto Nacional de Bellas Artes después de 40 años expuesto al agua.
La Fuente de Tláloc
Sobre la deidad hecha de mosaicos y piedas de colores, el artista Diego Rivera explica:
En esta fuente tuve la oportunidad de realizar la integración plástica de la pintura y la escultura, haciéndolas vivir dentro del agua, la cual da movimiento a sus formas… La máxima visibilidad se obtiene desde la altura… Tláloc ofrece el medio líquido indispensable en la vida del ser humano y con la mano izquierda planta cuatro granos de maíz… El dios se hace hombre, dando la cara al cárcamo y chorreando agua de sus cabellos. Adelanta sus poderosas y enormes manos bajo la tierra para entregar el agua a la Ciudad de México.
¿Por qué hablar ahora de un homenaje creado hace 70 años? Muchas son las razones, pero para nosotros, sin duda la más importante es conocer y compartirte nuestro conocimiento sobre el tema y esperar que lo compartido sea motivo suficiente para motivarte a conocer las obras de uno de los mejores artistas que ha tenido nuestro México.
Editores Japifeis
31 de agosto, 2020.